miércoles, 14 de octubre de 2015

Olvidada inocencia



Aquel día se fue,
como una azucena que se pudre,
aquel día se fue,
y solo dejos los restos de una vida,
se fue dejando nubarrones negros,
la lluvia parecía despedirla con su llanto.
Aquel día se fue de puntillas,
taciturna como solía ser,
parecía no estar en ninguna vida,
pero estaba en todas,
de ello me doy cuenta ahora,
cuando no la puedo tocar,
cuando veo que era parte de mi.
Aquel día dejo atrás una vida en la sombra,
en la sombra de los demás.
Aquel día los rostros de la gente estaban apesadumbrados,
estaban rotos,
pues ella se había ido,
nunca notaron su presencia,
pero después de su partida,
la habitación parecía vacía,
y su presencia aunque tenue,
siempre dio luz a sus vidas.

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